Si bien las mujeres somos cíclicas y redondas, nuestra mente está condicionada por un mundo lineal. Desde ahí surge nuestra confusión y desconexión. Si a ello sumamos la educación o mejor la no-educación que recibimos desde niñas de lo que es nuestra esencia femenina y de los condicionantes sociopoliticos y culturales de una sociedad patriarcal, todo ello nos conduce inexorablemente hacia el olvido de nuestra condición femenina. De ahí que cada luna recibamos el ciclo cerradas, contraídas, con miedos, renegando de nuestro ser, desconectadas, ignorando el ciclo...y todo esto nos lleva a tener unas menstruaciones dolorosas, irregulares, con una gran alteración emocional, confusión....no propias de nuestro ser. Nuestra labor es conectar con el cliclo, con nuestro útero, con nuestra fuerza uterina, con nuestro animal interno, es el mejor que nos puede guiar en este camino hacia el reencuentro de nuestra mujer interior. Sólo tenemos que recordar lo que hemos olvidado. Vivamos y recibamos nuestro ciclo con bendiciones, gratitud, apertura, flexibilidad, ternura...pero sobre todo AMOR. Principio Femenino